Los dos últimos años han significado una revolución para el comercio electrónico. Debido al distanciamiento social y a los estrictos protocolos de higiene, la mayoría de las tiendas han tenido que reconvertirse o adaptarse para seguir siendo competitivas sobre todo a través de sus mercados online. Para todos nosotros, comprar online se ha convertido en un hábito y con razón, es conveniente, cómodo y ahorra tiempo. Sin embargo, hay algunas cosas que quizá quieras tener en cuenta antes de hacer clic en el botón de añadir al carrito. Estas son algunas de las cosas que sólo deberías comprar en el supermercado.
Alimentos congelados
Los alimentos congelados tienen muchas ventajas, duran más, conservan la mayoría de los sabores intactos y suelen ser mucho más seguros de consumir que los frescos. En cuanto a la seguridad, es importante tener en cuenta que los productos congelados deben mantenerse congelados durante su preparación, envasado, almacenamiento, distribución, venta al por menor y exposición. A esto se le llama la secuencia de la "cadena de frío", y aunque la mayoría de los lugares se aseguran de que este proceso se lleve a cabo sin ninguna interrupción, nadie tiene normas más estrictas que los supermercados y las tiendas de comestibles. Cuando compre carne, helado o verduras congeladas en su supermercado local, puede estar tranquilo sabiendo que no va a tener ningún problema al abrirlo.
Carne y marisco frescos
Al igual que los alimentos congelados, la carne y el marisco son especialmente difíciles de manipular. Las tiendas tienen que estar preparadas para almacenar los productos en el congelador en cuanto llegan y venderlos antes de que empiecen a estropearse. Los supermercados realizan un control rutinario diario de todos sus productos frescos, asegurándose de que están en buenas condiciones. Aunque la carnicería o la marisquería local puedan parecer una opción más agradable, sus normas y reglamentos no son tan estrictos como los del supermercado o la tienda de comestibles local. Cuando se compra carne, especialmente para una familia, nunca se es demasiado cuidadoso.
Queso y productos de charcutería
Otro producto deliciosamente complejo de manejar. El queso es uno de los productos más populares en todo el mundo y (por suerte) viene en muchos tamaños y tipos. Aunque es mucho más fácil de almacenar y conservar, algunos tipos como la mozzarella, la ricotta y el brie pueden perder su sabor o constitución si no se conservan adecuadamente. Los productos delicatessen, como el jamón, el pavo o el pastrami, también deben conservarse en condiciones adecuadas para poder servirlos sin complicaciones. Cuando se trata de productos delicatessen, no hay lugar como la tienda de comestibles.
Frutas y verduras frescas
No hay nada como recoger tus propias frutas y verduras. Cuando se trata de conseguir el tomate adecuado para una ensalada o las fresas para un batido de verano, la mejor manera de conseguir exactamente lo que quieres es tocar y sentir lo que vas a comprar. No hay nada que sustituya a este tipo de selección, al menos no todavía, y aunque algunas tiendas han empezado a enviar fotos de vista previa de este tipo de artículos, la única forma de saber realmente lo que se está comprando es probarlo por uno mismo.
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